Diarios de mochila
Destino: Frankfurt, Estela y yo salimos de la casa en Alfára del Patriarca a mochila llena y panza a reventar. Yo iba un poco preocupada porque para ser sincera mi mochila no cumplía las medidas requeridas por la aerolínea. Esas malditas y benditas aerolíneas de bajo costo, ideales para viajeros mochileros como nosotras, terribles para la columna vertebral de cualquier mortal. Por suerte de camino, en nuestro primer trayecto de metro que nos llevaba hasta Valencia, nos encontramos con Alejandro, otro colega viajero, quien después de echar un ojo a mi mochila y a la maleta de ruedas de Estela nos comentó que en su más reciente aventura había volado con la misma aerolínea y podíamos estar tranquilas. Llegamos a la estación Angel Guimerá para hacer el transbordo de línea y encontrarnos con María, nuestra tercera integrante de aventuras. Cuando bajamos del andén, ella ya estaba esperándonos en una de las bancas centrales leyendo una hoja doblada con un mapa impreso y varias direccion